viernes, 7 de mayo de 2010

CUIDADO, REPRESORES SUELTOS


El precio de la libertad

   A 15 días de las sentencias en la causa Guerrieri – Amelong, y en la semana del dictado de nulidad al indulto a José Alfredo Martinez de Hoz, el lunes 3 de mayo, testigos y querellantes de la Causa Feced, se enteraron por un medio gráfico que la justicia santafesina había liberado a 3 de los principales imputados en la mega causa.

   Rubén Lofiego, Mario Marcote y Ramón Vergara, están querellados por delitos de muertes, torturas y privación ilegítima de la libertad durante la última dictadura militar. El viernes 30 de abril, la Cámara de Casación Penal les otorgó la libertad tras el pago de una fianza que varió de 25 a 55 mil pesos según los casos. Estos tres personeros se desempeñaron durante la dictadura como “trabajadores” del Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario donde funcionara uno de los centros clandestinos de detención.

   A la liberación se le suma el hecho de que testigos, querellantes y abogados de Derechos Humanos partícipes de la causa llamada “Feced” que está por comenzar en Rosario y es una de las más grande del país por la cantidad de testigos e imputados, se enteraron por los medios de comunicación, tres días después, de la excarcelación de los acusados, que de esta forma podrían llegar a gozar de libertad hasta el día de la sentencia.

   Lofiego tiene cargos por privación ilegal de la libertad en 17 oportunidades, privación de la libertad con tormentos en 44 oportunidades, y homicidio calificado en 3. A Marcote se lo acusa de 3 hechos de privación ilegítima de la libertad y 25 hechos de tormentos entre otros 26 delitos. Por su parte Vergara está procesado por los delitos de privación ilegítima de la libertad con violencia y amenazas en 14 oportunidades.

   Los representantes del espacio Juicio y Castigo dieron a conocer rápidamente su repudio a lo planteado por la cámara de apelaciones, y exigieron la reformulación del programa santafesino de protección de testigos que evidentemente no sirvió para advertir a las víctimas de la decisión del tribunal.

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