lunes, 25 de octubre de 2010

Corte en el puente Rosario Victoria por los despidos

La mala leche de SanCor

El viernes 22 de octubre los compañeros de SanCor cortaron el Puente Rosario-Victoria por la reincorporación de los once despedidos. Desde numerosas organizaciones sindicales, políticas y sociales acompañamos a los trabajadores organizados en la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea (ATILRA) que no sólo enfrentan a la patronal empresaria sino que además deben luchar contra la burocracia de su propio sindicato. La ex – seccional Rosario de ATILRA sufre una focalizada persecución gremial como consecuencia de su militancia por construir un gremio democrático en el que delegados y dirigentes se vean la cara todos los días con los compañeros de base.

Cortar con la mala leche
Pedro, delegado de ATILRA en SanCor, explicó la acción de protesta en pocas palabras “El corte va a ser total. De ocho a tres de la tarde. Los medios ya saben. Cortamos adelante (cabecera del puente), acá (bajada del puente) y las colectoras”. Son las ocho y media pasadas de la mañana, comienzan a llegar de apoco compañeros y compañeras que, tras haber participado un día antes de la movilización en repudio al asesinato de Mariano Ferreyra, se acercan a solidarizarse con lo obreros de esta industria láctea que exigen la reincorporación de los 11 compañeros despedidos por organizarse gremialmente y luchar contra la burocracia.

A media mañana, mate de por medio, los compañeros no paran de hablar, de contarnos cómo la vienen llevando: “La secretaria dice que no va haber conciliación (obligatoria)”, dice El Flaco, también delegado pero con mandato vencido; “porque ya tiraron dos (conciliaciones) antes, viste”. La Secretaria de Trabajo de Santa Fe es Nora Ramírez. La primera conciliación obligatoria fue dictada el 18 de mayo cuando cinco compañeros recibieron los telegramas de despidos por supuesta “alteración del orden interno”. La segunda fue establecida a finales de julio luego de una fallida conciliación voluntaria de un mes, esta última fue desconocida por la empresa impidiendo el ingreso de los trabajadores despedidos.

El Flaco vestido con el uniforme de SanCor, como todos sus compañeros, sigue interiorizando a los militantes que muestran interés en saber cómo sigue el desarrollo del conflicto: “Lo que pasa es que se lavan las manos y pasan la pelota. Así nos mandan a la Nación que nos mata”. En efecto, la empresa desoye las disposiciones del Ministerio de Trabajo provincial, los delegados deben viajar y sostener audiencias con representantes del Ministerio de Trabajo nacional, ministerio que debería arbitrar con medidas para que se cumplan las disposiciones dictadas. Debería.

Cerca del mediodía el sol pega con fuerza y varios cumpas de distintas organizaciones y medios alternativos siguen acompañando. Pedro cierra la asamblea: “Compañeros, esta lucha es de todos. Entre todos la sostenemos y entre todos la ganamos. Muchas gracias por estar. Nada más”. CTA Rosario, Amsfe Rosario, Frente Popular Darío Santillán, PO, PDS, PTS, Indymedia Rosario estamos en el Puente.

Los tachos vacíos
En septiembre se sumaron seis trabajadores despedidos. ¿Qué empresa puede avanzar en el vaciamiento, despedir trabajadores, violar conciliaciones obligatorias, seguir despidiendo y burlarse indefinidamente? Una empresa que tiene fluidas relaciones con un gremio que traiciona a sus trabajadores y con poderes públicos que se miran como si nada fuese problema suyo.

Hagamos un poco de historia. El jueves 27 de noviembre de 2008 una patota de 200 personas entró libremente al Centro de Distribución Rosario de SanCor agrediendo al secretario adjunto de ATILRA Rosario, trabajador de esa planta. Era el preludio del trágico enfrentamiento del miércoles 3 de diciembre frente a la sede la asociación. En aquella oportunidad iba a celebrarse una asamblea particular con la elección de nuevos delegados y la posibilidad de que la seccional Rosario se desprendiera del gremio nacional. Nuevamente una patota de 900 personas, con una metodología repetida en los últimos días, arremetió contra los compañeros de Rosario con el saldo de un muerto. Como consecuencia la seccional fue intervenida por la conducción nacional y luego disuelta.

Desde aquel momento la persecución a los delegados de base ha sido ininterrumpida. Dilaciones interminables en los servicios de la obra social, despidos irregulares, cesantías varias, son la realidad cotidiana de quienes decidieron luchar por un gremio democrático.

Aquí es donde las puntas comienzan a tocarse. El Kirchnerismo, en su arquitectura de poder, ha posicionado a la CGT moyanista como un aliado estratégico. Héctor Ponce, secretario nacional de ATILRA, ha reivindicado una y otra vez su lealtad y pertenencia a la CGT y la misma CGT ha actuado como paraguas en su cultivada relación con el gobierno nacional.

El último movimiento se da en la recíproca relación entre el vaciamiento patronal y la dirección cegetista. SanCor ha sido históricamente una de las empresas de cooperativistas más grandes del país. Desgraciadamente, en los últimos diez años ha comenzado un progresivo proceso de vaciamiento a través de retiros adelantados, reducción de horas de trabajo, despidos selectivos, beneficiado por su relación con un gremio entreguista.

Hace más de cuarenta años Rodolfo Walsh escribía: “El gremio se convierte en aparato. Todos los recursos, económicos y políticos, creados para enfrentar a la patronal, se vuelven contra los trabajadores. Al principio el aparato es la simple patota. A medida que las alianzas se perfeccionan, se expande a todo el campo gremial, el aparato es todo: se confunde con el régimen, es la CGT y la federación patronal, los jefes de policía y el secretario de Trabajo, los jueces cómplices y el periodismo elogioso”.

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