Un claro día de justicia
“Cárcel común, perpetua y efectiva, ni un solo genocida por las calles argentinas” fue la canción más cantada en los Tribunales Federales el miércoles 21 de julio, cuando comenzó el juicio oral y público de la causa “Díaz Bessone”, ex “Feced”. Desde el Frente Popular Darío Santillán participamos junto a otras organizaciones populares rosarinas de las distintas actividades del día, donde exigimos que este proceso tenga la misma sentencia que la causa “Guerrieri-Amelong”: la condena máxima para todos los responsables del terrorismo de estado.
La causa Díaz Bessone
Ramón Díaz Bessone fue Comandante del II Cuerpo del Ejército durante la última dictadura militar. El Segundo Cuerpo del ejército operó en el Servicio de Informaciones (SI) de la Jefatura de Policía de Rosario, el mayor centro de detención clandestina en la región y donde sufrieron cárcel y torturas entre 1800 y 2000 personas.
Quien dirigió el centro clandestino del SI fue Agustín Feced principal responsable por la muerte de 520 personas en nuestra provincia, imputado por 270 delitos de lesa humanidad y quien desde 1984 estuvo en prisión preventiva hasta su muerte oficial ocurrida en 1986. Curiosamente este genocida vivió dos años mas en Formosa luego de su muerte oficial rubricada por el Hospital Militar de Campo de Mayo y, de acuerdo a investigaciones periodísticas, murió en Buenos Aires hacia julio de 1988. Beneficiado por su muerte prematura y la desaparición de cientos de fojas la causa por delitos de lesa humanidad fue cerrada en 1986 y quedaron sin indagar militares, policías y empresarios, entre ellos Leopoldo Galtieri, Diaz Bessone y Lo Fiego.
En este contexto y por la magnitud de los casos la apertura del juicio de la causa Díaz Bessone es un hecho de valor histórico comparable al juicio de la ESMA. La causa juzgará a Ramón Díaz Bessone (ex Cdte. Del II CE), José Rubén Lo Fiego (oficial principal de la Policía de Santa Fe), Mario Alfredo Marcote (oficial de la Policía de Santa Fe), Ramón Rito Vergara (suboficial de la Policía de Santa Fe), Juan Carlos Scortecchini (comisario principal de la Policía de Santa Fe) y Ricardo Chomicky (civil) por los delitos de privación ilegitima de la libertad y tormentos a 93 victimas, 17 de las cuales fueron asesinadas. A lo largo de un año transitarán por las audiencias alrededor de 200 testigos.
En la apertura del juicio

Al mismo tiempo, se desarrollaba la audiencia en el interior del tribunal. Díaz Bessone, Lo Fiego, Marcote, Scortecchini, Ramón Rito Vergara y Chomicky escucharon la lista de los crímenes que cometieron y los compañeros y compañeras a los que detuvieron, torturaron, asesinaron y desaparecieron. A pocos metros los familiares y amigos, testigos y querellantes de esta causa presenciaban la audiencia con un sabor agridulce en la boca, contentos porque finalmente se está juzgando a los genocidas, y con la indignación de que el tribunal resolvió que hasta ahora se encontrarán en libertad mientras dure el juicio con la permanente posibilidad de fuga.
Sobre Oroño, siguieron sonando las chacareras y las zambas. Algunos valientes se animaron a bailar. Las hamburguesas a la parrilla alimentaron a los que se quedaron haciendo el aguante durante el mediodía.
Durante el acto se leyó el documento redactado por el Espacio Juicio y Castigo donde se destacó la irresponsabilidad del tribunal de dejar en libertad a los represores ante la cantidad de criminales de lesa humanidad prófugos. Por medio del documento también se criticó la decisión del tribunal de no dejar entrar a los familiares, compañeros y demás participantes con las imágenes y carteles de sus seres queridos aun desaparecidos.