El significativo avance de la izquierda independiente, en unidad con otras expresiones del movimiento estudiantil que rechazan la política del Rectorado, resulta fundamental en el año en que el rector Darío Maiorana (Franja Morada), su vice, Eduardo Seminara (PJ), y el secretario general Darío Masía (UCR-milletismo) buscan renovar su mandato por otros cuatros años. Su continuidad plantea la permanencia de la estructura de poder que instaló Millet desde 1985 y que ha sido afín a las reformas neoliberales en la Educación Superior en la UNR.
Ante ello, los resultados de las elecciones estudiantiles son una clara muestra de que gran parte de la comunidad universitaria se opone al continuismo que encarnan estos sectores. Las urnas dejaron demostrado que los estudiantes no acordamos con gran parte del balance que Maiorana, a través de su agrupación estudiantil Franja Morada, salió a mostrar a nuestro claustro.
En 2007 Maiorana daba comienzo a su gestión asumiendo de manera antidemocrática y violenta, con barrabravas golpeando a lxs estudiantes que nos veníamos movilizando en aquel contexto de crisis de la Universidad , exigiendo su verdadera democratización, trabajando sobre un pliego de reivindicaciones y proyectos que iban en ese sentido.
Luego de cuatro años, aquellos proyectos, que trabajamos y compartimos con otros sectores y claustros, siguen vigentes. En estas elecciones se pusieron en juego dos claros modelos de Universidad, y lxs estudiantes claramente elegimos; los números hablan por sí solos.
En la resistencia al arrasamiento neoliberal de la universidad pública seguimos luchando por la verdadera democratización social y política de la UNR. En esa clave, hace años trabajamos en base a diversos proyectos:
- la necesidad de concursar la planta docente de la UNR , eliminar el trabajo ad-honorem y luchar por salarios y condiciones de trabajo dignas para nuestros docentes.
- bregar por la excelencia académica de la Universidad conservando su autonomía, rechazando por eso las evaluaciones de entes externos y el financiamiento de empresas privadas (como Monsanto, o la Minera La Alumbrera, que Maiorana-Seminara y la Franja Morada avalan).
- conservar los contenidos de la currícula de grado, cada vez más vaciado ante el avance de los posgrados pagos. Asimismo, la gratuidad de la formación en todos sus niveles, porque nos negamos a aceptar la privatización de la educación pública.
- la administración transparente y a cargo de los órganos de co-gobierno. Porque no queremos la discrecionalidad de las autoridades en el manejo de fondos públicos, sino que todxs los miembros de la comunidad universitaria sepan cuánto dinero manejan las facultades, a qué se destinan, cómo son llevadas adelante las obras, cómo funcionan los espacios que producen dinero adentro de cada facultad (desde el Bar hasta los posgrados).
- la profundización de una política de bienestar estudiantil que garantice la inclusión y la permanencia. No podemos permitir la baja permanente de ingresos a la Universidad pública; para eso necesitamos albergues, comedores universitarios, ½ boleto para estudiantes y un buen aprovechamiento y administración de los fondos destinados a las becas.
- una política de DDHH como opción ética de la Universidad , que avance en los juicios académicos al personal vinculado con la última dictadura militar. Que sea protagonista en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, y no que indemnice genocidas, como ha hecho el actual Rector y Vice Rector. Que defienda el derecho a la protesta y la autonomía de los órganos de auto-organización estudiantil, y no que los ataque, como sucede con los representantes gremiales en Psicología. Que rechace el financiamiento de empresas extractivas que destruyen nuestros bienes comunes, que bregue por la inclusión, y no que se cierre cada vez más sobre sí misma, como sucede actualmente con el atropello del personal de Resguardo Patrimonial que, bajo las órdenes del Rector, se cree con la potestad de decidir quién entra y quién no a las distintas Facultades de la UNR.
- Una política de extensión a partir de un verdadero compromiso social, que derrumbe los muros que separan a la Universidad de la realidad de nuestro país y de Nuestra América.
Desde la regional Santiago Pampillón-el grito (HyA), entendemos que sólo con un movimiento estudiantil en pie, y en alianza con l@s docentes universitarios y los trabajadores no-docentes, podremos avanzar en pos de construir una real alternativa popular, crítica y transformadora en la UNR. Por la verdadera democratización social y política de la Universidad , seremos 5 centros y miles de estudiantes en las calles!
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