Desde hace más de 40 días algunas de las principales organizaciones indígenas bolivianas llevan adelante la VIII marcha “Por la Defensa del Territorio, la Dignidad y la Vida ” en repudio a los intentos del gobierno de avanzar sobre el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). El gobierno pretende implementar un plan de desarrollo que no contempla las necesidades de los pueblos que habitan estos territorios y tiene consecuencias ambientales sobre su biodiversidad. Las obras, que son parte de la estrategia regional impulsada por el IIRSA, contemplan la construcción de una carretera sobre un área protegida que ponen en peligro los usos y costumbres ancestrales de los pueblos indígenas que habitan la región y afectan también a los recursos naturales, es decir, afectan a la Madre Tierra.
El gobierno puso en marcha este mega-proyecto de infraestructura sin realizar una consulta previa e informada a los pueblos que se verían afectados por el mismo, de acuerdo a lo establecido en la nueva Constitución de Bolivia que fuera impulsada por el gobierno de Evo Morales. Las comunidades organizadas en diferentes subcentrales de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) realizaron de hecho la consulta y decidieron que la construcción de la carretera constituye una amenaza para la vida y el medio ambiente en el TIPNIS. Frente a la indiferencia del gobierno, decidieron iniciar la VIII Marcha que tiene como destino La Paz , para hacer valer sus derechos consagrados en la constitución e instar al gobierno a no desviar el “proceso de cambio” iniciado con su gestión en el año 2006. Esta forma de movilización es una de las estrategias que implementan las organizaciones indígenas en Bolivia desde 1990 como forma de hacer visibles sus demandas de autonomía y autodeterminación política y territorial ya actualmente está apoyada por varias organizaciones a nivel nacional como la CONAMAQ y la APG. Incluso la ex Ministra de Defensa, al presentar su renuncia sostuvo que hacerle el juego a la derecha es, justamente, optar por reprimir a las organizaciones.
Desde las organizaciones sociales en Argentina vemos con mucha esperanza el proceso de cambio que está viviendo Bolivia, y los intentos por incorporar en la legislación los derechos de los pueblos y naciones indígenas y originarios que incluyen también la defensa de la Madre Tierra y el impulso de un nuevo modelo civilizatorio, proceso que es un ejemplo para todo nuestro continente.
Por todo esto los movimientos sociales y populares argentinos no podemos dejar de repudiar estos sucesos de represión a los pueblos indígenas en lucha, ya que no es admisible de ningún gobierno, pero menos de un gobierno popular como es el del MAS, el reprimir al pueblo. Evo Morales representa un gobierno surgido de las resistencias populares que fueron punta de lanza en América Latina desde el año 2000, cuando irrumpieron los movimientos sociales en rechazo a la privatización y la depredación de los bienes comunes que impulsaban los gobiernos neoliberales.
Uno de los ejes de la gestión del MAS ha sido el de la incorporación de los derechos de los pueblos y naciones indígena originarios, así como los de preservación del medio ambiente y la Madre Tierra , demostrados tanto en la nueva Constitución política sancionada en 2008, como en la legislación nacionales y los debates internacionales impulsados por Evo Morales en la Cumbre Climática.
Este tipo de acciones recuerda que quienes debe protagonizar los procesos de cambios son siempre los pueblos, y que el apoyo a los gobiernos no habilita a compartir todas sus decisiones. Por el contrario, solo la movilización y el control popular garantiza que no se desvíen los objetivos de liberación y cambio social.
Por el derecho de consulta vinculante
No a la criminalización de la protesta
Saludamos las movilizaciones del pueblo boliviano que impulsan por la profundización del proceso de cambio en Bolivia
Frente Popular Darío Santillán
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