lunes, 6 de diciembre de 2010

Marcha por el Día internacional contra la violencia hacia las mujeres

Cuando una mujer avanza, ningún hombre retrocede


   El jueves 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional Contra la Violencia hacia las Mujeres, desde el Frente Popular Darío Santillán junto a las compañeras y compañeros de otras organizaciones salimos a la calle a bancar nuestro feminismo y antipatriarcado. Festejando y con coloridas intervenciones recorrimos las calles del microcentro rosarino, la nota desagradable la dieron quienes no entienden que la unidad no es de palabra sino que se hace todo los días, sin mezquindades.



Confluir en la calle

   Las actividades fueron varias. En la plaza del Che nos reunimos las y los cumpas de Socialismo Libertario y el FPDS bajo la bandera de la Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares (COMPA) y marchamos junto a las Mujeres en Encuentro de la CTA Rosario y las y los cumpas de la Federación de Organizaciones de Base (FOB).
   La columna avanzó por la zona de las whiskerias para escrachar este negocio “legal” que oprime y explota a cientos de mujeres bajo carteles luminosos de grandes locales vidriados. A la ignominia de los que lucran con el cuerpo de nuestras hermanas le opusimos las stencileadas: “Atención, atención. Son la misma cosa fiolo, milico y patrón”, “Mi cuerpo es mío, no se toca, no se vende, no se mata” y el “El hombre nuevo no va de putas”. Desde los balcones de los edificios muchas mujeres aplaudían y vitoreaban a la columna, formas casi subterráneas, espontáneas, de una resistencia y una conciencia que surge cuando las mujeres avanzamos.
   Las consignas de la jornada manifiestan los avances de la lucha del movimiento feminista. En primer lugar, la deuda de una legislación nacional que contemple la despenalización y legalización de la interrupción voluntaria del embarazo en hospitales públicos. Los tratamientos legislativos que se vienen demorando siguen causando la muerte de mujeres por la práctica de abortos clandestinos, mas de 300 por año, alrededor de una por día.
   Directamente relacionado al tema de la despenalización esta la presión que ejercen instituciones ajenas a la definición laica del Estado. La Iglesia Católica es un factor que presiona fuertemente para reproducir una hegemonía ideológica y cultural confesional que va a contramano de las necesidades de salud pública, el derecho penal y los derechos humanos que el Estado laico debe garantizar a todas y todos sus habitantes. Una vez más, exigimos la separación de la Iglesia y el estado.
   En Córdoba y San Martín confluimos junto a otra columna de cumpas de Pan y Rosas, el Plenario de Trabajadoras del Partido Obrero y el Partido Comunista Revolucionario y otras organizaciones. La nutrida columna marchó hacia Plaza Pringles donde estaba montado el escenario para la lectura del documento conjunto y una serie de actividades artísticas que rematarían un día de lucha y unidad.

Lo que no se entiende

   El clima festivo que ponemos en todas las luchas fue opacado por quienes primerean para salir primeros en alguna fotito. Compañeras que, aparentemente, no tienen muy en claro lo que significa construir la unidad de las y los que luchan intentaron, de la peor forma, encabezar la marcha y no dejar lugar a compañeras de otras organizaciones y colectivos.
   En algunos momentos la situación fue realmente tensa. Para quienes estábamos en la plaza fue un trago amargo sentir que el acto podía llegar a suspenderse cuando una columna quedó fuera de la plaza Pringles. Luego de largos y desagradables minutos la columna pudo entrar y se dio comienzo al acto, desde ya esta situación no fue producto de la desorganización de las actividades sino de la deliberada voluntad de romper los acuerdos sentados previamente en la organización conjunta. A raíz de esta innecesaria tensión, intervenciones culturales programadas para el acto fueron levantadas.

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