lunes, 6 de diciembre de 2010

Un mes del asesinato de Mariano Ferreyra

Festival por la memoria 
y la Justicia

   Al cumplirse un mes del asesinato de Mariano Ferreyra, la regional Rosario de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) realizó el domingo 21 de noviembre un festival cultural en la plaza donde se encuentra al monumento al Che, en 27 de Febrero y Buenos Aires. Allí recordamos a Mariano y exigimos el juicio y castigo a todos los responsables materiales e intelectuales de este brutal crimen.



El arranque
   A pesar de la calurosa tarde de domingo, cientos de personas se acercaron al parque Hipólito Yrigoyen, donde está ubicado al monumento al Che, para participar del festival cultural al cumplirse un mes del asesinato de Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero asesinado por una patota sindical de la Unión Ferroviaria mientras apoyaba la lucha de trabajadores precarizados.
   En la base de la estatua, se despliegan las mantas de las organizaciones participantes de la actividad. Hay allí revistas sobre la actual coyuntura política nacional e internacional, también libros. Varios se acercan, curiosean. A pocos metros, el buffet trabaja a full con la venta de tortas y gaseosas. 
   Aparece en el escenario el periodista Marcelo Nocetti, siempre presente en las causas populares. Recuerda los motivos del acto, arenga y pincha un poco al público. Comienzan a desfilar las bandas. Arranca Lemon Pié, con su jazz rock instrumental: “Zarpado cómo tocan los pibes estos”, elogia alguien mientras pasa el mate. Sigue el Varón de barrio Ludueña y su canto honesto y descarnado. Luego Ariel Carraud y Viejos Burdeles. Los pibes del Centro Catu II bailan al ritmo del reggaeton. 

Otra historia, la misma historia
   También suben al escenario compañeros que acompañan a familiares y amigos de Luciano Arruga, el joven de La Matanza desaparecido por la policía bonaerense en enero de 2009, y los testigos y querellantes de los juicios por los crímenes de la dictadura en Rosario. En sus testimonios se destacan las continuidades de la represión a los que luchamos por una sociedad más justa y solidaria.
   Baja el sol y mucha gente sigue acercándose a la plaza. El buffet se traslada unos metros, para instalar una pequeña parrilla que cocinará decenas de hamburguesas hasta bien entrada la noche.
   Muy cerca de allí, unos jóvenes exhiben sus destrezas para los malabares. Muchos miran la escena con envidia, otros se animan y arrojan algunas clavas al aire, tratando de pasar la prueba.
   Se acerca el momento del cierre. Referentes de organizaciones sindicales, sociales y políticas leen el documento de convocatoria a la actividad: “Denunciamos el accionar criminal de la burocracia sindical y la responsabilidad del gobierno nacional en su apoyo a estas estructuras que le garantizan “gobernabilidad” y  la continuidad de las políticas de flexibilidzación laboral de los años ’90.” Los compañeros y compañeras de Arte por Libertad despliegan una enorme bandera con la cara sonriente de Mariano.
   Suben los pibes de Algo Babélico, y se agitan las banderolas de colores al ritmo del rocanrol. Con “Ciudad de pobres corazones” una bandita improvisa un pequeño pogo.
El olor de las hamburguesas sigue presente en la plaza. Desmontan los palos de las banderas, guardan los libros y revistas. Unos jóvenes caminan lento, una chica lleva una banderola violeta que flamea y dice: “Continuemos su ejemplo… multipliquemos su lucha”.

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